No haga lo que se le da la gana



Recuerdo el día en el que en una entrega de boletines del glorioso Colegio Mixto Ciudadanos del futuro, el colegio que me vio crecer… bueno que me vio envejecer mas bien. La profesora Olguita, una profesora diminuta pero con un gran corazón, que se le iba todos los meses la voz, le dijo a mi mamá que yo era muy terca, que donde yo me subía no había nadie que me bajará; cosa que no era del todo mentira, bueno, no era nada mentira, sí soy terca o como dice el pastor de mi iglesia, una mujer llena de razón y aunque era la purita verdad -nótese que ahora hablo más con mexicanos que hasta con los mismos colombianos, lo sé, yo y mis exageraciones- creo fielmente que nos hemos acostumbrado a ver y afirmar en otros lo malo, a siempre estar quejándonos y tratando de enseñarles a otros todo lo malo que son, hasta de catalogarlos como buenos o malos. Mi hermano, el pequeño Michael, siempre se creyó en cuento de que era malo, que era un ser lleno de imperfecciones y errores, pero díganme ¿Quién no esta lleno de imperfecciones? ¡Todos! 


Estamos hechos cada uno con un propósito diferente, sin embargo, estamos hechos para afirmar lo bueno con nuestras palabras; hay un versículo, que siempre dicen las abuelitas - bueno si es su caso en el que cuenta con una abuela con 80% de genes perfectos como la mía- y lo voy a parafrasear, primero porque no sé la cita y segundo porque voy de pie en un Transmilenio mientras escribo esto, dice algo así como " De la abundancia del corazón habla la boca" en resumidas cuentas, de la boca de uno, sale todo lo que uno lleva guardado, bueno o malo, la cosa aquí es que estamos llenos de cosas malas, y fresco, es normal, eso no quiere decir que debe sentirse bien con lo picho que lleva adentro, lo que quiero decir es que es normal que todos tengamos adentro un montón de sentimientos que sacan lo peor de nosotros, que hay personas que sacan lo peor de nosotros (guiño, guiño) es normalllll, y normal no significa que este bien.


Si todos los dias nos dispusiéramos a ver en los otros lo bueno, a decirles desde pequeños a los niños lo valiosos e importantes que son, no se refugiarían en las mentiras que la sociedad siempre les presenta, se darían cuenta que para ser feliz no se necesita estar borracho, o si quiera estar enamorado, que no van a ser alguien cuando terminen la carrera ¡Ya son alguien!, que nuestro valor no lo dan las personas, lo dio Jesús en una cruz, al enviar a su hijo amado, el único que tenia, su creación más perfecta, a morir por todos los incircuncisos de esta tierra que no merecemos su gracia, a lo que voy es que nos obliguemos a ver en otros lo bueno, a reafirmar las buenas cosas que Dios puso en cada uno. Sí yo soy terca, pero o puedo ver que soy terca y parezco un burro metido dentro de un pantano, o puedo usar mi terquedad para no cansarme de ayudar a quien necesita ayuda, a ayudar a otro tan terco como yo, soy impaciente y puedo amargarme pensando que no se esperar que odio la lentitud o puedo pensar que soy rápida para hacer las cosas, es cuestión de percepción. Si usted no es cristiano y lee esto por:


A.Error
B.Porque usted es rebelde y hace lo que se le da la gana
C.Porque trata de verle el lado bueno a todo
D.No es cristiano ni nada similar pero cree en un espíritu superior (una vez lei eso y me dio mucha risa)
E.No sabe no responde


Quiero que sepa que no tiene que ser cristiano pa cambiar el mundo. A mi personalmente me encanta la gente que le gustan las cosas correctas, el camino angosto, el honesto o el que quiere hacer de este mundo algo mejor, y quiero que sepa que este mundo sin usted seria horrible, si, peor, que no se vaya de Colombia que porque aquí todos andan como burros por todo lado -no sé porque nombre tanto a los burros- si usted es de los buenos, pues Baby, las lámparas no se ponen debajo de la cama, se ponen en lugares altos para que alumbren toda la casa. Para terminar, quiero que al igual que el escrito pasado, se obligue a decirle a otros lo bueno, que en vez de quejarse de los múltiples defectos que todos tenemos, ayude a hacer de este mundo algo mejor, que no de mal ejemplo, que ayude a las personas a mejorar y no reafirme en las personas lo malo, sino lo bueno.

Todo el pueblo de Israel es terco y obstinado. 
No obstante, yo te haré tan terco y obstinado como ellos. 
¡Te haré inquebrantable como el diamante, inconmovible como la roca! 
No les tengas miedo ni te asustes, por más que sean un pueblo rebelde.» 


Ezequiel 3:6b- 9

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