El pollo mecánico: Una historia de perdón



Bueno parceritos, hoy voy a hablarles del hombre que me trasnocha, mi papá y no precisamente porque piense en él todo el tiempo, sino porque llega a media noche y comienza a besuquear a la gata ya que es la única que se lo aguanta ebrio. Yo casi nunca hablo de él, recuerdo que en el colegio me preguntaban, ¿por qué los dejó su papá? Y yo con la cabeza agachada y la voz baja, respondía, el man no nos a abandonado, yo vivo con él, solo que el alcohol le quita el poquito tiempo que le deja el trabajo, y luego decían, ¡uy que pena!, es que como nunca viene a las reuniones del colegio, nosotros pensábamos que era que no tenía papá, y bueno físicamente lo tenia pero en las otras áreas, lo único que habían eran lágrimas, malos recuerdos y un vacío que solo el de allá arriba -no me refiero al del piso de arriba - pudo, puede y podrá llenar. 


Mi papá se llama Alvaro Duarte -tiene Facebook por si lo quieren agregar, porque el man se queja todo el tiempo que no tiene amigos- yo de cariño le decía Avaro Duarte, porque la generosidad no es precisamente su mayor virtud. Mi papá es un tipo inteligente para unas cosas y para otras no tanto, el man para creativo nadie le gana, se dibuja lo que usted quiera, le gustan las tractomulas, siempre quiso aprender a tocar el piano, su color favorito es el rojo, es hincha del equipo del cielo, si, de santafesito lindo, le gustan los roscones con bocadillo, su fruta favorita es el banano o habano como él le dice, sueña conocer Hong Kong, le gusta la pantera rosa, Tommy y Jerry y Cantinflas, ama a los gatos, y siempre que esta borracho habla de un gato que tenía de 7 colores, le gusta todo lo que brilla - yo siempre digo que si mi papá hubiera podido ser un animal, hubiera sido una luciérnaga- en términos generales ese es mi papá, ahora bien al man no le tocó la vida fácil, de pequeño tuvo que trabajar, vivió en un hogar frío y donde todo era escaso, empezando por el amor. Resulta que después de 7 años y por aquello de comerse la torta antes de tiempo, mi papá decidió pedirle matrimonio a mi mamá, Él siempre se jacta que no se "arrejunto" con mi mamá y que por lo menos eso si lo hizo bien, casarse. Portarse bien no fue su primera decisión, ni su última, en términos generales, jamás lo ha sido, la vaina aquí es que él me ha roto el corazón demasiadas veces, y las últimas veces lo rompió tan seguido que no me dio tiempo para recoger los pedazos, y es que pareciera que no sabe cómo ser papá ni esposo, ni hijo, ni amigo, ni hermano, él sólo sabe ser buen trabajador y es que a mi papá le han pasado unas cosas ebrio, hace muchos años le dio en diciembre por prender un volador, hasta ahí todo normal, solo que cuando lo prendió se le metió por la camiseta y se la llevo al infinito y mas allá, quedándose en pedazos, en otra ocasión mi papá trato de golpear a un vecino con el que yo había discutido como raro por un perrito días anteriores, solo que como estaba tan ebrio, no calculo bien el golpe siguiendo de largo, así como cuando al Chompiras le pegan, así mismito, y fue a dar con el piso, se rompió todita la media cara, contando con un colmillo de leche que aún le quedaba, quedó incapacitado un buen tiempo por el golpe pero aún más por la vergüenza, entre otras cosas llegó dos veces con el dedo pulgar explotado por una cruceta y el mismo se quitó las cordales, y bueno así sucesivamente. Yo no quiero recalcarles todo lo malo que ha hecho mi papá, porque sino mejor tráiganme media de guaro y nos sentamos a llorar, no mentiras, si hay algo que aborrezco en esta vida es el alcohol, pero lo que si quiero hacer es contarles, que para perdonar no es necesario que dejen de causar daños en nosotros, debemos hacerlo aun cuando ya lo hayamos hecho miles de veces, aun cuando al día siguiente de hacerlo, vuelvan y la embarren, aun cuando se han tan hirientes con sus palabras que hubiera sido preferible un golpe, aun con todo eso. Mi papá jamás me pidió disculpas o perdón por tan solo una cosa por las que me hizo llorar y odiarlo, su forma más cercana de hacerme entender que lo sentía, era comprándome con pollo asado, es como cuando le llevan serenata a las mujeres para pedir perdón, pues mi papá traía pollo, y cuando la había embarrado mucho, traía pollo broaster, con eso es que yo medía el grado de culpa de mi papá. 


Al inicio creía que por lo único que tenia que agradecerle a mi papá, era de haberme fecundado, y ¡vaya que se lo agradezco! Pero con el pasar de los días y haciendo cuentas, he llegado a la conclusión que mi papá me ha enseñado de las pocas cosas que se le enseñan a una mujer y del que le estaré eternamente agradecida, y es que sé usar las pinzas mejor que él y que posiblemente cualquier hombre (ya lo he comprobado) me enseño a hacer instalaciones eléctricas, a utilizar las herramientas, a guardar y desenredar las luces de navidad, a pintar, a entender el giro de Italia (no crean, eso tiene su ciencia) aprender de carros, entre otras cosas, así que aunque sé que posiblemente no lea esto él algún día, quiero decir gracias por haber hecho de mi, esa versión híbrida que tanto disfruto. Que nada de lo que ha hecho o ha dejado de hacer, me hará olvidar que después de todo ha permanecido ahí, silenciosamente, pero ha estado ahí. Así que creo que es momento de decir: Te perdono papá y estoy dispuesta a hacerlo mil veces mas, y si necesitas otras mil veces mas, lo haré sin cesar. 


(Ah..y a los que no saben porque "mecánica" y porque la llave de la foto es porque mi papá es un mecánico Automotriz, del cual me siento orgullosa)

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