Siganme los buenos



Ser diferente a todo el mundo nunca fue tan fácil y en estas épocas sí que menos, porque ahora resulta que ser rarito, diferente, loco, hace parte de nuestra juventud, y es que cuando yo era pequeña, si, más pequeña, nadie se quería a juntar o a rejuntar conmigo que porque yo estaba muy loquita, y todo porque hablo hasta por los codos, hablo duro y pienso de atrás para adelante. Yo no era mala persona, supe como llegaban los niños al mundo mucho tiempo después de lo que el resto del mundo y todo gracias a la película de mira quién habla que en su intro mostraba un espermatozoide corriendo para llegar al ovulo, todo se veía tan interactivo, pero eso no creían las distinguidísimas mamás de mis amigas del colegio, que digo amigas, compa-ñeras, que yo jamás sería digna de ser amiga de ellas, que jamás me invitarían a unos quince, a su matrimonio, que aunque no soy católica, jamás me llamarían para ser madrina de algún niño que con los años iba olvidar que yo existía o que iba a guardarme rencor por no recordar las fechas importantes, y deberle todos los regalos de una infancia, pero así es la cosa, nunca resulte siendo la primera opción de nadie.



Recuerdan la típica imagen del equipo de fútbol, baloncesto o cualquiera de esos deportes, en los que escogían dos capitanes y cada uno iba eligiendo los que querían en su equipo, pero que siempre había un pobre mortal que quedaba de últimas y ninguno quería elegirlo? Bueno esa era yo, y estoy segura que unos cuantos más pelagatos que al igual que yo, jamás ser normal e igual a todo el mundo, fue una opción, ¡si quiera pudimos elegir! Soy una persona que normalmente, y con unas muy pocas excepciones, digo lo que se me ocurre, así como viene, sin mucho adorno, sin tanto perendengue, sino así, al natural, de hecho un día cuando tenía unos 8 años aproximadamente, en el glorioso Colegio Mixto Ciudadanos del Futuro, hicieron un concurso de mascotas, unos llevaron sus perros finos de raza, pero con poca personalidad, y yo llevaba mi criollito, llamado Friguy, así que hice lo que tenía que hacer pasar por la pasarela con mi perro, mi mamá le había hecho un corbatín con lo que había sobrado de mi jardinera, y cuando llegue a donde los jurados, ellos me preguntaron ¿Cuál es la comida favorita de tu perro? Mi mamá detrás del publico gritaba ¡Concentrado, la comida favorita de él es concentrado! Pero yo sabía que no era su comida favorita, así que me acerque al micrófono y dije: LA SOPA DE PASTA, mi mamá se golpeó la frente y gritó ¡Ordinaria! Pero era verdad, y ser sincero siempre ha causado problemas, pero hace poco escuchaba en un man que admiro mucho y se llama Chris Méndez, que Dios convierte lo ordinario en extraordinario, y así fue, aunque aun no soy algo extraordinario claro esta, pero que jamás supe que iba a esperar a un a los 23 años casi 24 años a la persona correcta, jamás pensé que pudiera vivir de la forma en que vivo ahora, jamás pensé que ayudaría a otros a elegir bien, jamás pensé que podría salvar tantos animales en mi vida, jamás pensé que podría estar de VTR en una iglesia cristiana de más de 20.000 miembros cada fin de semana, jamás pensé que tendría un blog con más de 2.000 visitas (Claro está que muchos dirán que esto no es nada con los millones y millones de visitas que tienen algunos amigos en sus blogs, pero en tan solo 6 meses obtuve más de 1.000 visitas eso para mí es wow) Jamás pensé que le gustaría a alguien, así con toda y mi rareza, hay tantas cosas que no pensé que podría pasarme buenas, pensé que sería parte del montón que toma pésimas decisiones. La mayoría que lee este blog lo único que saben de la biblia es el padre nuestro y eso gracias al minuto de Dios, pero les cuento en ese libro de muchas páginas y de muchas versiones, dice que Dios utiliza al vil y al menospreciado para avergonzar a los sabios, y así fue, yo que tenía tan pocas posibilidades de ser elegida, que era la opción menos probable, que cada vez que leo Proverbios siento que me dan palo, aun con todo eso pues resulta que había un propósito para mi vida, y aun trabajo en conocerlo a su perfección, pero que diferente es vivir por vivir y vivir sabiendo pa donde va uno, se da cuenta uno que no todos los buses le sirven. Ahora comprendí que de las muchas aguas Dios nos separa, para lugares amplios, y que a veces todos y todo nos dan la espalda para reconocer que nuestro valor no lo dan las personas, lo dio Jesús en una cruz.



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