La lider de la manada

No recuerdo el momento exacto en que mi relación con los perros se volvió tan intensa y fuerte, convirtiéndose en algo importante para mí, que me permite conocer el corazón de las personas.


En general no suelo recordar mucho, tengo mala memoria, soy distraída y suelo ponerle cuidado a todo menos a lo que debo ponerle cuidado, en pocas palabras no soy la persona más atenta del mundo, por suerte a diferencia del mundo un poco de azúcar me permite mantenerme acá en la tierra y no en pompas de jabón mentales que suele ponerme a mirar. Mi abuelita Silvia, si la superheroina de mi vida, siempre tuvo perros, y me genero el amor por ellos que hoy en día le agradezco entre muchas más cosas, desde ese entonces me interese por los perros criollos, que al contrario de los otros perros de raza, a pesar de ser eso, perros, generan un sentimiento único en mi, de amor, de fidelidad, de agradecimiento y de cariño. Cuando tenia unos... 8 años me volví la líder de un grupo de niños de mi barrio, nos encargamos de hacer lo que a mi se me daba la gana, y mis "gana" se reducían a programas de televisión estadounidense que veía en la casa de mi Tía Rosa, la única que tenia cable o parabólica como le decimos acá, y por programas como «Hey Arnold» que me impulsaron a arreglar parques, darle de comida a perros de la calle, crear pasarelas de moda, y premiarlos con sticker de la tiendas todo esto porque quería cambiar el mundo, a mi manera claro esta, pero quería cambiarlo a capa y espada.

Después de unos 3 años mi vecina, la señora Aida esposa de Don José "El sopas" como le decían los del barrio (No me pregunten por qué, no lo sé) me dijo que fuera a llevarle comida su perrito Tony, fui a llevarle la comida pero él no me vio entrar y en forma de defensa me mordió la pierna, los dueños decidieron darme una "pomada" para evitar que se me inflamara más, pero aunque veo en las noticias cientos de personas que ponen denuncias y creen que deben ir a psicólogo porque fueron mordidos por un perro, a mi me paso todo lo contrario y fue que me volví LA LIDER DE LA MANADA. Saben... es difícil entender la fragilidad del mundo, entender el dolor de una sociedad con problemas, y es que a veces no solo pienso en perros, pienso en personas que sufren, un mundo que se desangra y mira hacia todas partes menos hacia arriba. A veces me siento a pensar en la tristeza de ir a una operación importante solo, de aceptar la muerte de un hijo, de un hermano, de un esposo, de un novio, de un hijo abandonado desde pequeño, de un abuelo que lucha constantemente por la muerte y termina perdiendo.

Hace unos años cuando conocí a Dios como realmente era, y no como esas fábulas mal escritas que tanto leía, y cuando conocí a todos esos perros que amo en las calles Rocky, Luna, Sacha, Princesa, Muñeca, Mono, Negro, Paca, Rufo y Muñeco, veo a Dios en cada uno de ellos, y no quiero que piensen que estoy demente por decir esto, pero es que veo a Dios es los atributos de esos perros, cuando llegó y Sacha se me lanza abrazarme así la haya regañado hace 5 minutos, lo ha olvidado, su fidelidad es mayor que su orgullo, me ha perdonado aun por ser injusta con ella,  cuando debo salir a alguna parte y Rocky va conmigo hasta el infinito y más allá tan solo por un trozo de salchichón, lo que me pide es tan mínimo para lo que recibo, cuando Luna por amor me dejo tocar sus bebes recién paridos, porque yo era tan especial que me dejaba conocer lo más importante de su vida, Mi paca (Que creo que murió, no la volví a ver y estaba muy viejita) a pesar de sus limitaciones, que ya no escuchaba ni veía, con su olfato me alcanzaba y llegaba con esos 2 cm de cola a mostrarme que estaba ahí sin importar nada, si, absolutamente nada, y cuando he estado con Charly, mi perro, esperándome ansiosamente en las mañanas, esperándome en su almohadita para saltarme encima, secándome las lagrimas con su lengua y agradeciéndome cada vez que le doy comida. Luego no me pregunten por qué amo tanto a los perros, sé que todos los perros son fieles, pero no todos son perros especiales.


No sé si los perros vayan al cielo, pero espero que sea así, persiguiendo los carros de fuego del señor jajajaja. Creo confiadamente que en esas pequeñas cosas como amar a los animales, no pasar por alto un maltrato, no ignorar un perro hambriento, hace parte de tener un buen corazón.

Dios quiero ser como ese perrito que tendido a tus pies encuentra paz

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